Este sábado 16, en el Santuario de la Candelaria, Jorge Guerra fue admitido a las Sagradas Órdenes.
Acompañado de su familia y gran número de amigos, el seminarista Jorge Guerra fue admitido como candidato a las Órdenes Sagradas, en su rito de admisión, el sábado 16 de abril en el Santuario de La Candelaria.
La misa fue presidida por el Obispo, Monseñor Celestino Aós, junto al P. Cristian Castro, rector del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, donde Jorge lleva cinco años de formación, y su formador, el P. Andrés Ferrada, además de sacerdotes y diáconos de la diócesis.
En su homilía, el Obispo invitó a Jorge a "aprender a escuchar la voz del Señor, porque el verdadero apostolado pasa por el encuentro con el Señor", agregando que "María es el mejor ejemplo de cómo escuchar la voz del Señor, en cada acontecimiento ella va leyendo Su voluntad". Dijo que "nosotros escuchamos Su voz en este siglo XXI, que nos llega a través del Papa, de distintos medios, de la radio, de la celebración de la eucaristía en una comunidad cristiana", y "de nada sirve escucharlo si no estamos dispuestos a seguir a Jesucristo". Dirigiéndose a la asamblea, dijo: "Esta tarde, al acompañar con nuestra oración a Jorge, pedimos a María en su Santuario, que nos ayude a que no nos quedemos solo en palabras sino que nuestro comportamiento sea siempre el de un cristiano".
Al final de la hermosa celebración, Jorge tomó la palabra para dar gracias a quienes lo acompañaron, señalando que el Santuario es un lugar especial para él, porque es donde vivió su año pastoral. También pidió rezar un Avemaría por sus compañeros de seminario.
Después de la misa hubo una convivencia preparada por la comunidad del Santuario.
El P. Cristian Castro destacó las cualidades personales de Jorge, su compromiso y amor a la Iglesia, y la importancia de la formación en este camino. Por su parte, el P. Andrés Ferrada invitó a la comunidad a orar por las vocaciones sacerdotales y a sostener a Jorge con la oración y la corrección fraterna.
Los próximos pasos para Jorge son su admisión al ministerio del lectorado, al acolitado, y posteriormente al diaconado en tránsito. Este proceso culminará, si Dios lo permite, con su ordenación sacerdotal.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
