El Arzobispo de Santiago celebró este domingo, en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Quilicura, la misa de inicio al mes de las vocaciones junto a un grupo de seminaristas.
Óscar Marín, en cuarto año del Seminario espera a Monseñor Ezzati para compartir la Eucaristía. Se formó en el templo Nuestra Señora del Carmen de Quilicura, por ello la importancia para él de dar inicio al mes de las vocaciones, en el lugar que guió sus pasos al sacerdocio.
“El otro día tuve un encuentro con el Cardenal y nos decía algo que también comparto y que me hace mucho sentido: la convicción que nos mueve a nosotros es por la experiencia de uno. El Señor sigue llamando, pero falta más acompañamiento”.
Un poco antes de las 12 llega el Cardenal a rezar. Ya está todo listo para comenzar la celebración. Los seminaristas están preparados. Comienza la misa.
En la homilía, Monseñor recuerda la importancia de las parroquias en el acompañamiento de los jóvenes: "De esta comunidad, el Señor ha llamado a algunos de sus hijos, de los miembros de la comunidad para que pudieran desarrollar su vida y ministerio a servicio de Cristo, del Señor y al servicio del pueblo cristiano”
Continúa: “Jesús buen pastor nos abre siempre el camino, el camino que conduce al padre, el camino que refuerza nuestra fe. Jesús es siempre el buen pastor que va delante de mi vida y la vida de la iglesia".
Recuerda la falta de servicios, de vocación y de la importancia de responder el llamado de Cristo. “El Señor ha confiado el pastoreo de su Iglesia a unos hombres escogidos dentro del a comunidad para que sean signos concretos de su amor y de su cuidado de buen pastor. La vida sacerdotal tiene esta finalidad, el sacerdote es el pastor”.
Antes de terminar, Benjamín Ossandón se levanta del asiento que está ubicado atrás del Arzobispo y toma la palabra para dar su testimonio de fe y camino al sacerdocio. Todos atentos: "Lo más importante es que los padres ayuden a sus hijos a que cada uno tenga lo que tenga que ser. Yo soy feliz".
Fuente: Arzobispado de Santiago.