El seminarista Fernando Martínez Pino, quien actualmente cursa su 8º año de formación, recibió por imposición de manos del obispo diocesano, Mons. Contreras Villarroel, el ministerio del acolitado.
Este es un paso previo a su ordenación diaconal. El gesto del acolitado consiste en una oración del obispo sobre el que recibe el ministerio, el cual permanece de rodillas, y la entrega de un copón que contiene las hostias que serán consagradas. Los familiares y amigos de Andrés estuvieron presentes en la celebración, donde participaron también algunos seminaristas y compañeros de formación del Seminario Mayor. “Estoy Inmensamente agradecido del Padre que me permitió entrar en relación con su Hijo Jesús, por medio del bautismo. Sin duda que este paso profundiza mi compromiso y vínculo con Jesús que tiene su fundamento en la consagración bautismal.
Agradezco a la diócesis en la persona del obispo y todas las personas, sacerdotes, amigos y familia que han puesto en evidencia como Dios nos ama” dijo Fernando en su inmensa alegría, y llamó a que lo tengan presente en sus oraciones para ser fiel al llamado de Dios. Las funciones de un acólito son: cuidar del servicio del altar, ayudar al diácono y al sacerdote en la liturgia, especialmente en la celebración de la misa, y distribuir la comunión como ministro extraordinario de la Eucaristía.
Fuente: Comunicaciones Melipilla.
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