Cinco Hermanos del Propedéutico aceptaron llevar la cruz
El pasado martes 16 de mayo, nos reunimos como seminario en nuestro templo mayor, para compartir una celebración Eucarística especial, la Santa Misa fue presidida por Monseñor Edmundo Valenzuela, Arzobispo de Asunción, Paraguay, quien visto Santiago de Chile y hospedo en nuestro seminario.
En su visita aprovecho de conversar con los dos seminaristas que completan sus estudios de su arquidiócesis.
Ese día presidio la Misa en la cual cinco hermanos del propedéutico recibieron el signo de la cruz.
Los hermanos son:
Diócesis de Melipilla, Jonathan Eduardo Herrera Rojas.
Diócesis de Talca, Sergio Cristóbal, Leyton Alcalino.
Diócesis de Santiago, Fernando Raúl Gutiérrez Soto.
Pablo Esteban Ibarra León.
Javier Álvaro Flores Rojas.
En su homilía don Edmundo dijo:
Una alegría de compartir con ustedes que están formándose para ser futuros sacerdotes en esta Iglesia misionera abierta a las necesidades del mundo.
Necesitamos que el espíritu de Dios nos toque el corazón nos renueve y nos impulse a ser más coherentes servidores de su pueblo.
La primera lectura nos presenta la actitud de Pablo perseguido y vapuleado por qué no permitiría predicar el anuncio de Jesús y los judios tenían mucha influencia y Pablo que ayer había curado al Paralitico y el pueblo es gente que ayer celebraba el signo, hoy lo persigue y apedrea.
Pablo casi muerto se levanta y vuelve a predicar sobre el padecimiento del mesías, lección de Jesús y que Pablo vuelve a repetir y vivir en persona; debemos sufrir para entrar en el reino de Dios, que no es teoría, es experiencia de alguien que fue rechazado por motivo de Jesús.
Justamente hay que pasar por la Cruz, para obtener el amor de Dios y justo es Evangelio para estos jóvenes que recibirán la Cruz. Que no sea solo rito, sino que, sea una experiencia, pasar por la cruz que se hacen más cercanos al camino de Cristo Jesús. Ascética y mística es el camino que hace cristiano, sin el camino de cruz que es camino de gracia y de salvación.
En el evangelio nos comunica La Paz, oración de Jesús que repetimos en la misa, que es signo de frutos compartidos, paz que es distinta a la del mundo; Jesús nos da otra paz, gratuita, para hacernos de Dios, una realidad nueva impensable, que, gracias a su muerte y resurrección, y que rezamos antes de la comunión, es signo que nos quiere abrazar. Recordemos que debemos pasar por la Cruz, para que, con sacrificio valentía vivir hacia el amor fraternal y que ella nos lleve siempre a Jesús.
En sus palabras de Bendición dijo:
Que a través de la cruz te reconozcan, con amor sincero, para que iluminados sean testigos de tu muerte y resurrección, para gloria de Dios Padre.
Luego de la celebración eucarística, nos dirigimos a compartir la cena donde se hizo referencia a las fiestas patrias del Paraguay.
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