Compartimos y celebramos con el padre Fernando Vives, SS.CC. sus 50 años de ministerio sacerdotal

La visita comenzó con la celebración de la santa Misa, en la cual el padre Fernando Vives, manifestó su emoción de celebrar en nuestra casa de formación, ya que lo remitía a sus orígenes.

En su homilía, nos habló sobre su vocación, cómo la fue descubriendo y cómo se fue forjando. Destacó principalmente tres aspectos: en primer lugar, que el llamado es al modo y tiempo de Dios; en segundo lugar, habló de la importancia de abandonarse y confiar en Dios, porque él no defrauda y, por último, destacó la importancia de la comunidad en el aprender a ser pastor, ya que ha sido la experiencia parroquial la que le ha enseñado a ser párroco, a caminar junto a los fieles y a compartir la vida de forma completa.

Nos contó que, en su caso particular, el llamado se concretizó cuando se encontraba estudiando medicina y pololeando. Su respuesta fue inmediata y en un pleno abandono a la voluntad de Dios; su única seguridad era amar a Jesucristo y querer entregarse por completo a él, descubriendo así, que el Señor lo llamaba a ser médico de almas.

Ya finalizando su homilía, el padre señalo que no se arrepentía ni un segundo de haber tomado esta decisión, ya que el llamado es un fuego poderoso, que no abandona nunca, por más tribulaciones que existan (en referencia a un cáncer que tuvo). El llamado es continuo, a ser humilde y al servicio de los hermanos para que otros puedan disfrutar de esta hermosa vida.

Por último, agradeció a Dios por el llamado, por su perdón en las fragilidades y por la asistencia permanente del Espíritu: “Me has levantado para continuar hasta que tú me llames a la casa del Padre en el cielo… Quiero servir hasta que las fuerzas me tumben”

Concluida la Eucaristía, compartimos una grata cena, en la cual pudimos hacer comunidad y seguir conociendo al Padre Fernando.

Desde ya, cuente con nuestra oración y aprecio.