Candidatos a las Órdenes Sagradas

El pasado jueves 16 de noviembre, tres hermanos nuestros: Francisco Araya González, Martín Echeverría Vidal y Juan Pablo Donoso García-Huidobro, fueron admitidos como candidatos a las Órdenes Sagradas. Con esta admisión, tal como sostiene la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis (Cf. N° 67): La Iglesia acoge el ofrecimiento de estos seminaristas, y los llama, para que se preparen a recibir en el futuro la Sagrada Ordenación, invitándolos a proseguir su formación, en la configuración con Cristo Pastor, mediante el reconocimiento formal por parte de la Iglesia.

La celebración Eucarística, donde fue otorgado este rito, fue presidida por nuestro arzobispo, cardenal Ricardo Ezzati Andrello que, junto a la comunidad seminario, familiares y amigos, nos unimos para orar por nuestros hermanos y compartir su alegría.

En la ocasión, nuestro arzobispo destacó tres puntos a tener en consideración: El proyecto amoroso de Dios, la tarea mediadora de la Iglesia y la motivación y responsabilidad que este paso significa.

En primer lugar, señaló que Dios tiene para cada uno de nosotros un proyecto amoroso de vida, por medio del cual, quiere que encontremos la plenitud de nuestra existencia. Independiente de cuál sea el llamado, en él se manifiesta el amor de Dios. En segundo lugar, destacó el rol mediador de la Iglesia, que Dios mismo pone en nuestro camino; partiendo por los mismos padres y familiares, hasta nuestros sacerdotes y obispos. Es la Iglesia que, gracias a esta mediación, dice sí a este ofrecimiento de los seminaristas, los confirma y les garantiza que el camino elegido es auténtico y verdadero. En tercer lugar, este paso, debe significar una motivación y responsabilidad frente a Dios y a la comunidad, de empeñarse en seguir trabajando en la configuración con el rostro de Cristo, y de este modo, en sus corazones quede esculpida la imagen de Cristo Buen Pastor, y puedan reflejar el rostro misericordioso de Jesús, que elige servir en vez de ser servido. En definitiva, que elige dar la vida. Finalmente, agradeció a la comunidad formativa, por la labor realizada en la formación de los futuros presbíteros y dirigió unas palabras a los familiares presentes.

Encomendamos en nuestra oración a Francisco, Martín y Juan Pablo, para que Dios los siga configurando con Cristo Buen Pastor, y lleguen a ser los sacerdotes que el pueblo necesita.