Rito de Admisión 2022

El pasado jueves 30 de junio,  cuatro seminaristas de la etapa configuradora: Pablo Ibarra, Paolo Llancaleo, Javier Rojas y Edgar Soto, recibieron de manos de nuestro arzobispo, el Cardenal  Celestino Aós, el Rito de Admisión a las Sagradas Órdenes en el templo mayor del seminario. 

El Rito de Admisión es un paso donde el seminarista, luego de unos años de crecimiento, maduración de la llamada, aprendizajes y experiencia (cf. RFIS 67), libremente y acompañado por sus formadores, reafirma su camino y se presenta ante el obispo, para pedir ser admitido como candidato a las órdenes del diaconado y presbiterado. Al respecto, el seminarista Edgar Soto de 8vo año, señala que: “El Rito de admisión ha significado para mí un impulso vocacional de parte de Dios. Porque, al confirmar la Iglesia mi camino vocacional, me siento animado a seguir formándome y a seguir configurándome con Cristo buen Pastor. Junto con ese impulso vocacional, también ha significado gratitud por el amor y paciencia que Dios tiene conmigo y el cariño de tantos que rezan por mi”. 

En esta oportunidad, debido a las condiciones dispuestas por la autoridad sanitaria, se pudo contar con un número importante de invitados para celebrar la  eucaristía y  acompañar a estos seminaristas. Javier Rojas, seminarista de sexto año, comenta que esta instancia: “Ha sido el signo visible de lo que significa este nuevo paso en mi formación. Sé que mi vocación la sostienen muchas personas que oran constantemente por nosotros y por eso es muy significativo compartir con ellos esta alegría, en que el Señor responde a nuestras plegarias. Tanto sus oraciones como su testimonio de fe, me ayudan a dar esta respuesta al llamado que el Señor me hace para seguirle. Muchas gracias a nuestros familiares y amigos que nos acompañaron tanto de manera presencial como por Facebook”.

El seminarista, al recibir la aceptación de su petición de parte de la Iglesia, en la figura del obispo, toma un nuevo impulso para enfrentar los últimos años de seminario, configurándose cada día con Cristo Buen Pastor. Por eso es necesario seguir contando con la compañía, corrección y cercanía de todos los fieles en este proceso formativo.