Ordenaciones en Santiago

El pasado sábado 30 de julio, se llevó a cabo en la Catedral de Santiago, la ordenación diaconal de Gerardo González y la ordenación presbiteral de Viterbo Jimenez. Dicha celebración fue presidida por nuestro Arzobispo, el Cardenal Celestino Aós, en compañía de sus obispos auxiliares, presbíteros, diáconos y fieles laicos, entre ellos las familias de los ordenandos e integrantes de las comunidades parroquiales de Cristo Resucitado en Maipú y San Luis Beltrán en Pudahuel, donde se encuentran destinados pastoralmente. 

El neopresbítero Viterbo, al recordar el momento de su ordenación, comenta: “Yo estaba sobrepasado por alegría y por amor. Yo sentí mucho amor de parte del Pueblo de Dios que se había congregado, por parte de Jesucristo. En el momento de las letanías, fue sentir a toda la Iglesia rezando por mí y por Gerardo. Fue sentir a la Iglesia peregrina, la Iglesia purgante y a la Iglesia glorificada… yo me imaginaba a la Iglesia como madre, dando a luz a un nuevo hijo sacerdote para el servicio del Pueblo de Dios. Así que fue una experiencia de alegría, de amor.. que la viví con una gratitud inmensa, porque casi durante toda la ordenación, yo tenía este sentir de indignidad, pero también de la misericordia de Jesucristo, que igual me quiso escoger pese a todo”.

Por su parte, el diácono en tránsito Gerardo González, relata que los días posteriores a su ordenación han significado: “una bendición muy grande… sentir que es un regalo no sólo para mí sino para el Pueblo de Dios y con eso sentirlo también como una misión, como un llamado a servir. Tal como dijo don Celestino en su homilía, a entregar la salvación que brota de Cristo al Pueblo de Dios. Además, ha sido un tiempo de acción de gracias, por la gran misericordia que nos ha mostrado el Señor por llamarnos a Vito y a mí y por otro lado, sentir mucho el cariño de la gente, de mi familia, de las personas que he podido conocer en las pastorales de las distintas parroquias que he pasado y de los sacerdotes del clero de Santiago”.

La ordenación de estos hermanos representa una alegría para toda la Iglesia, en especial nuestra Iglesia de Santiago. Seguimos acompañando al padre Viterbo y el diácono Gerardo, con nuestras oraciones para que el Señor les conceda un ministerio fiel y fecundo en medio de  la porción del Santo Pueblo de Dios a las que han sido enviados.