Dos nuevos presbíteros para la Iglesia de Talca

Durante la jornada del sábado 27 de agosto se llevó a cabo en la catedral de Talca la ordenación presbiteral de dos exalumnos de nuestro seminario, Rodrigo Molina y José Maldonado. Esta celebración estuvo presidida por su obispo, Monseñor Galo Fernández. En esta oportunidad estuvieron presentes gran parte del presbiterio diocesano, diáconos, religiosas, fieles de la parroquia Doce Apóstoles de Talca y de la parroquia Ntra. Sra. del Tránsito de Molina, en las que sirven actualmente Rodrigo y José, así como nuestra comunidad de seminario.

En los minutos previos a la ordenación el ahora Pbro. Rodrigo Molina, respecto a lo que implica dar este paso, comentó: “primero me hace tener mucha gratitud al Señor por todo lo que ha significado, por todos estos años, de cuando comencé a discernir… del tiempo en el seminario. Muy agradecido de Dios, pensando que es algo tremendo que voy a recibir… eso me hace pedirle mucho al Señor que me ayude a ser un buen discípulo en primer lugar y después ser un buen pastor, como Él quiera. También mucha gratitud a mi familia… me vienen muchos recuerdos de ellos, de mis más cercanos y de mis amigos que me han acompañado durante todo este tiempo”.

En la homilía de la misa de ordenación, Monseñor Fernández les encomendó a los neopresbíteros que: “…sean padres y protectores de aquellos que han sido abandonados, por un motivo u otro, de los bienes de la cultura o también de los bienes espirituales, de aquellos cuyas historias están teñidas por tantas injusticias, violencias… que su espacio de estar definitivo no sean las oficinas parroquiales ni la rapidez de las instituciones, ni tampoco nuestros templos, sino la calle, la cárcel, los hospitales, las escuelas, las universidades, los hogares de las familias, el día a día donde se encuentra la vida cotidiana de todos”.

Al terminar su primera misa y rememorar el día, el padre José Maldonado señala que: “previo a la ordenación estaba muy nervioso, ansioso. Un poco estresado… de que todo saliera bien y luego en la misma celebración muy emocionado. Se junta la emoción de sentir la presencia de Dios, de ver a la Iglesia reunida, el obispo, los presbíteros, los diáconos, los seminaristas, todo el Pueblo de Dios de las distintas parroquias en las que uno ha estado, el carriño recibido… Eso emociona mucho… la presencia de la Iglesia… emociona la familia, emociona la emoción de los otros… entonces es una alegría muy grande de poder ser sacerdote... Muy feliz de poder estar a disposición de Dios y de la Iglesia”.

Damos a gracias a Dios por este nuevo paso en la vida de Rodrigo y José y los encomendamos al Señor para que puedan ser fieles al ministerio que han recibido.