Encuentro con Pamela Gutiérrez

El pasado viernes 02 de diciembre, se concretó la visita de la periodista Pamela Gutiérrez, quien fue invitada al Seminario de Santiago por el rector, el p. Fernando Valdivieso, como respuesta a su carta al director del diario el Mercurio, en la que planteaba su preocupación por la realidad de la Iglesia chilena en el último tiempo. 

Este encuentro, estuvo marcado por un ambiente de mucha cordialidad, en el que Pamela pudo exponer a la comunidad de seminaristas y formadores sus ideas, apoyada por una presentación con datos estadísticos y de su propia experiencia en la vida eclesial. Cabe señalar, que Pamela estuvo hace unos años dedicada en su rol de periodista, a cubrir temas eclesiales. 

También hubo espacio para las preguntas y comentarios de parte de los propios seminaristas y formadores, favoreciendo el diálogo con Pamela, que se prolongó por más de una hora. Luego se dio paso a la oración de Vísperas junto a la invitada, lo que finalizó el encuentro en un clima de oración. 

Pasado unos días, Pamela comparte algunos aspectos de esta experiencia.

–¿Qué pensó cuando se enteró que había sido invitada al Seminario de Santiago para exponer sus planteamientos sobre la situación actual de la Iglesia chilena?

— La verdad es que para mí fue una grata sorpresa, porque tampoco esperaba que la carta tuviera alguna resonancia. Me sentí acogida con cariño y con empatía por parte del padre Fernando, quien hizo un análisis de la situación y estaba llano a conversar. Fue un regalo de Dios. 

—¿Cómo fue su experiencia de encuentro con la comunidad del Seminario?

—¡Fue un encuentro muy lindo! Porque sentí que esta era una experiencia de escucha de ambas partes. Me emocioné mucho al ver, que incluso hoy día, cuando vivimos tiempos tan difíciles, hay jóvenes que se atreven a decir “Sí, aquí estoy, Señor” y están dispuestos a seguir un largo camino de preparación.

—¿Qué le llamó la atención de la comunidad del Seminario?

—Principalmente que ustedes, como generación, son muy distintos a los jóvenes que vivimos a fines de la década del ’80 y principios de los ’90. Nosotros vivíamos en un tiempo culturalmente distinto, en que los curas y muchos seminaristas estaban arriba de un pedestal y eran un ejemplo a seguir. Ustedes, por razones históricas, están mucho más conscientes de las profundas heridas que todavía vive la Iglesia. Sin embargo, quedé muy esperanzada con esta generación.

—¿Qué lecciones saca de esta experiencia?

—En general, tiendo a ser muy aterrizada y más bien catastrofista. La verdad es que mandé la carta al diario con la misma sensación del naufrago que tira la botella al mar. Sin embargo, Dios me dejó en claro que no estoy sola, que me quería de vuelta en su Iglesia, a pesar de las llagas que todavía no sanan (y tenemos para rato). Otra lección fue que los jóvenes de hoy, los que están en formación, son mucho más conscientes de la realidad cultural y creo que sus frutos se van ver en 10 o 15 años. 

Como Seminario de Santiago, agradecemos a Pamela Gutiérrez por su visita, cercanía y sus oraciones por nuestra formación y misión. También nos comprometemos con la oración por su vida y sus proyectos.