Durante el viernes 7 y sábado 8 de abril se llevó a cabo en nuestro Seminario el retiro de Semana Santa para jóvenes. Instancia que se inserta dentro de las actividades propias de los seminaristas durante los días del Triduo Pascual y que este año se abrió a la comunidad juvenil de la Iglesia de Santiago. La organización de este espacio estuvo a cargo de la pastoral vocacional del seminario, particularmente de los Seminaristas Pablo Ibarra (II de Configuradora) y Domingo García (I de Configuradora) acompañados por el p. Cristóbal Calleja, padre espiritual de la etapa propedéutico.
En la jornada del viernes, el p. Fernando Valdivieso, rector del Seminario tuvo a cargo la predicación de la primera meditación del retiro donde hizo énfasis en dos aspectos, por una parte, la experiencia de Simón de Cirene (Mc 21, 15) invitando a los jóvenes a ponerse en su lugar para acompañar a Jesús en su camino al calvario; y por otra, mirar la propia vida como una semilla de trigo para preguntarse si esta semilla la dejo en la caja de las semillas o la planto en tierra húmeda. La segunda meditación, estuvo a cargo del p. Rodrigo Cordero, formador de las etapas discipular y configuradora, quien aludiendo al relato de la pasión de según San Juan, destacó las palabras de Jesús ante quienes lo arrestan, ante Anas, Pilato, su madre María y el discípulo amado y al expirar, para luego preguntarnos ¿qué actitud o palabra de Jesús más atrae? y ¿Por qué?
“Desde la acogida de los seminaristas, la oración, la alegría que mantienen quienes en unos años más serán nuestros pastores y guías. Pero esencialmente me llamó la atención la presencia juvenil, pudiera uno pensar que los jóvenes hoy no saben hacer silencio (que fue uno de los puntos principales que se tocó en el retiro), pero hay un deseo intrínseco de querer alejarnos del mundo y buscar únicamente a Dios, tal como lo hizo María Santísima”,destacó Mathias Toro, coordinador de la pastoral juvenil de la parroquia San Esteban de Puente Alto, al ser consultado sobre aquello que le llamó la atención de esta experiencia de retiro.
Por su parte, el sábado fue el turno del p. Luis Migone, padre espiritual de la casa Mayor del Seminario, quien en su meditación destacó la importancia del sábado Santo como un día de silencio, de confianza y abandono en Dios. Un día de silencio interior, principalmente, porque es el lugar de la espera, de la escucha y donde se puede dejar a Dios ser Dios. Luego dio paso a una catequesis que finalizó estos días de retiro, donde el p. Fernando Valdivieso, citando la experiencia de San Pablo en el areópago (Hch 17, 22-34) desarrolló la siguiente pregunta junto a los participantes: ¿Recuerdo algún momento en qué mi fe ha chocado o choca con el mundo?
“Esta experiencia significó conectar este sábado santo de una manera muy distinta… significó el querer entrar en silencio y vivir mi luto por la muerte de Cristo de forma distinta, a pesar de todo el ruido que tenemos tanto exterior como interiormente, fue muy enriquecedor para seguir viviendo lo que queda de semana santa. También quiero aprovechar de agradecer a quienes organizaron este retiro, en especial por el momento de silencio que pude vivir, pues me anima a seguir creciendo en esta actitud de oración”, mencionó Lorena Becerra, coordinadora de la pastoral juvenil de la Parroquia Santo Tomás Apóstol de La Pintana al finalizar el retiro.
Como Seminario agradecemos a quienes asistieron durante estos días de retiro y compartieron con nosotros la experiencia de la oración, el silencio y la fraternidad en estos días de Semana Santa y esperamos en el futuro seguir generando espacios de encuentro en nuestro seminario.
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