Diez años al Servicio de la Iglesia de Santiago

El jueves 13 de abril, se llevó a cabo la celebración de los diez años de ordenación sacerdotal del padre Rodrigo Cordero, formador de las etapas discipular y configuradora de nuestro Seminario. Dicha celebración se realizó en el templo mayor del Seminario, en el contexto de la octava de Pascua, con la presencia de seminaristas, formadores, familiares y amigos. 

En su homilía, el p. Rodrigo junto con resaltar la alegría de la octava de pascua, compartió también su reflexión en estos diez años de ministerio, donde destacó que su gran seguridad se encuentra en la convicción de que Jesús siempre ha estado y estará presente a su lado para sostenerlo, además de manifestar su deseo de renovar cada día su fidelidad al Señor.

Durante el desarrollo de la eucaristía, quienes acompañaron al p. Rodrigo se mostraron muy alegres y emocionados de compartir con él este nuevo aniversario. “Viví esta misa con mucha emoción… lo conozco desde que tenía un año de sacerdote, entonces he visto cómo ha crecido en su regalo, en el regalo que Dios le dio de elegirlo y amarlo. Como sacerdote valoro su cercanía, la preocupación por cada persona y el interés especial que tiene por los jóvenes, para que se sientan acogidos y acompañados en las dificultades que tiene la vida de Iglesia para los jóvenes”, señaló Michelle Figueroa, ex coordinadora de la pastoral juvenil de la parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea.

 “Con emoción… con muchas emociones por tantas cosas que hemos vivido. Tengo un hijo maravilloso. Le doy gracias a Dios todos los días por tenerlo… Bueno mi mamá lo guío en esto. Mi madre, ella era la catequista… lo guío desde que nació hacia la Iglesia. No estaba presente cuando él se ordenó, pero estaba en el cielo y desde el cielo lo acompañó. Emociones encontradas en realidad, por todos los momentos que hemos vivido, donde Dios ha estado presente y Rodrigo es maravilloso como hijo, como sacerdote”, expresó la Sra. María Teresa, mamá del p. Rodrigo, cuando fue consultada sobre cómo vivió esta celebración por el décimo aniversario sacerdotal de su hijo.

Como comunidad del Seminario de Santiago, damos gracias a Dios por la vida del p. Rodrigo, por su ministerio y su presencia entre nosotros. Agradecemos también su dedicación y entrega, tanto en el departamento de catequesis de la arquidiócesis, como en la formación de los futuros sacerdotes, donde destaca su constante preocupación, empatía y apoyo. Seguimos rezando por su fidelidad a Cristo y para que siga siendo testimonio de Jesucristo Buen Pastor en medio de su Pueblo.