Con mucha alegría, nuestro Seminario, una de las instituciones educativas más antiguas de nuestro país, abrió sus puertas el pasado domingo 28 de mayo, en el contexto de la celebración del día del patrimonio. Para ello, se dispuso de varias dependencias del Seminario a disposición de quienes llegaron a Walker Martínez 2020, tales como el templo mayor y la biblioteca. Además, para favorecer la experiencia de los asistentes, se establecieron grupos de visitas guiadas, a cargo de algunos seminaristas y también de trabajadores del Seminario, y de paneles informativos en la explanada del templo.
Según comentó, Milan Kovacevic, uno de los seminaristas a cargo de la organización de esta actividad, esta iniciativa surgió de un antiguo deseo de parte de varios seminaristas y formadores para dar a conocer el seminario a todo Santiago y compartir también nuestro patrimonio cultural y espiritual de 438 años de historia de formación sacerdotal.
Las puertas del Seminario se abrieron a eso de las nueve de la mañana para atender a los visitantes, quienes llegaron en grupos familiares, de amigos o de manera individual. “Los vi en familia, tranquilos, disfrutando los diferentes espacios; la explanada, el templo, la biblioteca, la cafetería y el parque. Hicieron varias preguntas, aprendieron, compartieron y también rezaron. Varios de ellos, agradecieron y les gustó mucho la misa en el templo mayor con la comunidad del seminario”, destacó Milan sobre su experiencia con quienes llegaron a nuestra casa formativa.
Tal como señaló Milan, al mediodía se celebró la misa en el templo mayor, que en esta ocasión coincidió con la Solemnidad de Pentecostés. Esta eucaristía fue presidida por el rector del Seminario, el p. Fernando Valdivieso, quien expresó en su homilía que nuestro Seminario cuenta con una riqueza patrimonial histórica, cultural y en los integrantes de su comunidad pero que, en clave de la celebración eucarística, nuestra verdadera riqueza es ser discípulos de Jesús. Pues en ella escuchamos su Palabra, estamos con él en su Cuerpo y en su Sangre y además, es una riqueza que crece al compartirla con otros.
Otro punto clave durante el día fue la visita a la biblioteca, cuya guía estuvo a cargo de dos de sus trabajadores, Angélica Zamorano y Marco Garrido. Desde lo vivido, Angélica señaló que fue bueno poder mostrarles a las personas todo lo valioso que tiene la biblioteca, ya que muchas veces esto se encuentra guardado por mucho tiempo, y por lo mismo valora esta oportunidad para compartir todo lo patrimonial que tiene el Seminario en este sentido.
“Fue una experiencia, no sólo enriquecedora por lo que significa ver el patrimonio cultural e histórico de nuestra Iglesia, sino también por la posibilidad de contemplar el patrimonio vivo de lo que significa el Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Ver qué, desde hace más de 400 años, hombres de Santiago y de Chile forman y configuran su vida al Evangelio de Jesucristo, realmente es una experiencia única. Agradezco enormemente al seminario por esta instancia abierta donde cristianos de todas las edades (de niños a adultos mayores) pudieron visitarla y celebrar junto a su comunidad la Eucaristía. Me demuestra que la iglesia está más viva que nunca”, compartió Pedro Rosales, estudiante de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, al ser consultado sobre su experiencia en esta visita.
Como comunidad del Seminario de Santiago, agradecemos a todos quienes participaron de esta celebración del día del patrimonio junto a nosotros, ya que, junto con ser una alegría contar con su presencia, representa un incentivo para una próxima versión de esta actividad en el futuro.
Seminario Pontificio Mayor de Santiago de los Santos Ángeles Custodios
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