Rito de Admisión a las Órdenes Sagradas en Curicó

Con júbilo dominical, la comunidad parroquial de Nuestra Sra. del Rosario de Curicó celebró el rito de admisión del seminarista Cristóbal Leyton Alcaíno, el pasado domingo 1 de diciembre, día que coincidió con el primer domingo del tiempo de Adviento. La celebración fue presidida por el obispo de Talca, monseñor Galo Fernández y contó con la participación de los fieles propios de la parroquia, de sus padres, María y Sergio, su hermano Javier, familiares y amigos de Cristóbal y de una importante delegación del Seminario de Santiago, encabezados por el rector, el padre Fernando Valdivieso. 

Cristóbal, quien se encuentra en su séptimo año de formación (II de configuradora), recibe este rito de un tiempo de crecimiento, maduración de la vocación sacerdotal, aprendizajes y experiencias (cf. RFIS 67). Para dar este paso, cada seminarista debe, libremente y en compañía de sus formadores, reafirmar su camino vocacional y presentarse ante su obispo para solicitar la admisión a las Sagradas Órdenes.

En su homilía, monseñor Fernández, le expresó a Cristóbal que recibe este rito para renovar el “sí” que le dio al Señor hace unos años, cuando ingreso al Seminario. Además, le enfatizó que realiza este paso en un tiempo particular del año litúrgico, en el que se cruza el adviento con el mes de María, que se celebra en nuestro país. En ambos casos, María aparece como la mujer de la esperanza, que debe ser precisamente lo que motive el paso que realizó Cristóbal y que lo renueve en su compromiso. También, al final de su mensaje, le recordó a Cristóbal que no olvide la importancia de la humildad en el proceso formativo, que se prepare lo mejor que pueda, considerando los desafíos que el ministerio presbiteral le reclamará, y que cuenta con la compañía del clero de Talca y de su obispo en estos desafíos.

Después de la homilía, prosiguió el rito de admisión, propiamente tal, con el examen que el obispo hace al candidato sobre su compromiso de completar su formación sacerdotal, la realización de la oración universal y, para concluir, la oración de bendición sobre el admitido.

“Sin duda, es algo muy importante para el propio proceso de formación, además, todo comienza a tomar una forma más concreta, permite ir proyectando el propio ministerio. También, implica ir madurando más la vocación y los sentimientos a la manera del Buen Pastor. El proceso formativo se empieza a ver y entender en perspectiva al ministerio ordenado. Ahora, la cosa se coloca sería y eso implica ser más responsable y sincero, pero también, a caminar con alegría y mucha esperanza en Jesús, que llama a los que él quiere para que estén a su lado”, comentó Cristóbal sobre lo que ha significado para él recibir el rito de admisión.

La comunidad del Seminario se une al gozo de la Iglesia de Talca, por este nuevo admitido a las Sagradas Órdenes, comprometiéndose la responsabilidad de ayudarlo a concluir su proceso formativo. Para ello, es clave la oración y cercanía de todo el Santo Pueblo de Dios, que es rostro concreto de Cristo, que llama a los nuevos pastores para su mies.