Dos nuevos ministros instituidos para la Iglesia

Con gran alegría, la comunidad del Seminario Pontificio Mayor de Santiago celebró recientemente dos importantes hitos en la vida de los seminaristas Paolo Llancaleo e Ignacio Ramírez. Nuestro hermano Paolo recibió el rito del acolitado en una emotiva y concurrida celebración en el templo de nuestra casa de formación, mientras que Ignacio fue instituido como lector en la parroquia Nuestra Señora del Tránsito de Molina, en la diócesis de Talca. Estos momentos marcan un avance significativo en su camino de formación hacia el sacerdocio.

Paolo Llancaleo, quien cursa su noveno año de formación, compartió su gratitud y emoción tras recibir el acolitado: "Ser instituido acólito es un paso  más en mi proceso formativo en que la Iglesia, en este caso de Santiago, va confirmando mi llamado al presbiterado. Ahora bien, no se trata de un título honorífico, sino que me siento enviado y muy bendecido por esta oportunidad para continuar sirviendo al Señor Jesucristo y la comunidad eclesial en el altar". La misa del pasado jueves 27 de marzo estuvo marcada por la calidez y cariño de quienes acompañaron a Paolo en este momento que antecede a la ordenación diaconal. "La celebración fue muy emotiva, no sólo por el rito mismo de la institución de acólito, sino también por el mensaje de nuestro Cardenal Fernando Chomalí, el cariño de la comunidad del Seminario y la presencia de tantas personas que me han acompañado en las diferentes etapas de mi formación. Todo ello lo atesoro en el corazón, como María, especialmente para enfrentar los momentos más complejos de lo cotidiano de la vida", expresó nuestro hermano Paolo.

Por su parte, Ignacio Ramírez, quien cursa su octavo año de formación, recibió el rito del lectorado el pasado domingo 30 de marzo en su comunidad de origen, la cual vio nacer y acompañó los primeros pasos de su llamado a ser ministro de la Iglesia. El lectorado le confiere la misión de proclamar la Palabra de Dios en la liturgia y profundizar en su estudio, todo con un profundo espíritu de servicio, tal como recordó Monseñor Galo Fernández, obispo de Talca.

Ignacio compartió su experiencia en este significativo momento: "Recibir el ministerio del lectorado fue para mí un momento de gran alegría. En primer lugar, porque lo recibí en mi parroquia de origen, en Molina. Allí me siento muy querido y acompañado por la comunidad, a la que veo muy poco, pero que desde los inicios han comprometido su oración por mí, comenzando por el párroco. También me acompañó gran parte del Seminario, en donde he ido formándome ya por más de siete años y donde he conocido grandes personas, amigos y hermanos, con los que vamos caminando juntos en este discernimiento. Mis amigos y mi familia también estuvieron, y a ellos les guardo una gratitud tremenda porque igualmente me han acompañado a la vez que van conociendo qué significa querer ser sacerdote, al igual que las personas que he conocido en las distintas pastorales y comunidades de la Diócesis. Finalmente, en lo propio del ministerio que tiene que ver con la Palabra de Dios, siento que me invita a reforzar mi vínculo con la Sagrada Escritura, leyéndola, meditándola y anunciándola".

Estos ritos reflejan el compromiso de ambos seminaristas con su formación y con el llamado que Jesucristo les hace. La comunidad eclesial, tanto en Santiago como en Molina, se unió en oración y acción de gracias por Paolo e Ignacio. Así, la Iglesia y el Seminario continúan orando por vocaciones que respondan con generosidad al llamado de Dios, y celebra con gozo estos signos de fidelidad y amor por el servicio de Cristo y del Pueblo de Dios. Que Paolo e Ignacio sigan fortalecidos en su caminar formativo, confiando en que Dios, que inició en ellos la obra buena, Él mismo la lleve a término (Rito de la ordenación presbiteral).